ALTERACIÓN DE LA COLUMNA VERTEBRAL
La columna vertebral está formada por
33 vértebras repartidas de la siguiente manera: 7 cervicales, 12 dorsales, 5
lumbares, 5 sacras y el resto formando el coxis. Vista de perfil la columna
presenta una serie de curvaturas fisiológicas, mientras que a nivel cervical y
lumbar presenta una concavidad posterior, a nivel dorsal y pélvico presenta una
concavidad anterior.
Los dolores de espalda son muy
frecuentes en nuestra sociedad, la mayoría de las veces se deben a causas
musculares, pero en ocasiones pueden ser consecuencia de alguna alteración de
la columna vertebral o raquis.
La
columna vertebral está constituida por una serie de piezas -vértebras-, unidas
entre sí por articulaciones. Junto a los músculos y ligamentos permite la
posición erecta del individuo.
Las
vértebras están formadas por un cuerpo cilíndrico, dos salientes o espolones,
situados a los lados (apófisis transversas); otro, aislado, en la parte
posterior, que puede ser palpado a través de la piel (apófisis espinosa), y el
denominado arco vertebral. En el espacio comprendido entre éste y la parte
posterior del cuerpo vertebral penetra la médula espinal - la prolongación del
cerebro- y, a modo de cordón central, se ramifica en una serie de nervios que,
saliendo por unos orificios situados entre las vértebras, se distribuyen por
las diferentes partes del cuerpo.
La
columna vertebral, de unos 73 cm. de larga, en el adulto, está formada por 33 ó
34 vértebras, según los individuos. Para su estudio se divide en cuatro partes:
cervical, torácica, lumbar y pélvica, constituida ésta por los huesos sacro y
coxis.
En el
individuo normal la columna vertebral no es rígida ni rectilínea, pues muestra
una serie de curvaturas flexibles situadas a diferentes niveles. En el cuello y
región lumbar se incurva ligeramente hacia adelante (lordosis) y en la columna
torácica, hacia atrás (cifosis).
Rara
es la persona que, en el transcurso de su vida, no haya experimentado molestias
más o menos intensas en la columna vertebral. La falta de movimiento, el tiempo
excesivo que el hombre moderno permanece al volante, o sentado en su lugar de
trabajo, han aumentado la frecuencia de afecciones en estos últimos tiempos
considerablemente. El hombre civilizado busca cada día más comodidad, tanto en
su trabajo como en su transporte, sin considerar que músculos y articulaciones
necesitan, para mantenerse activos, un entrenamiento diario.
Incluso
antes del nacimiento la carencia de proteínas y de vitamina D puede originar
una osificación deficiente de la columna y, posteriormente, graves
deformaciones. Las profesiones que requieren a sus practicantes estar largo
tiempo sentado -telefonistas, mecanógrafas, conductores, administrativos-
predisponen a este tipo de afecciones, ya que dan lugar a una fatiga muscular y
articular y, al flaquear el medio de sostén, las vértebras se vencen. Para
evitar esa fatiga, ha de tenerse especial cuidado en mantener una postura
correcta al andar, cuando se está sentado e incluso en la cama. Otros factores
importantes son una alimentación adecuada, ejercicios gimnásticos diarios,
caminar frecuentemente y, por lo menos en los meses de verano, practicar la
natación, uno de los deportes más eficaces para mantener el tono muscular y la
flexibilidad, no sólo de la columna vertebral, sino de todo el cuerpo. Como el
hombre permanece gran parte de su vida en la cama (una tercera parte), ésta
deberá ser cómoda y adecuadamente construida para soportar durante horas el
cuerpo humano, permitiendo adoptar posturas que no supongan esfuerzo para la
columna vertebral.